“Me ahogo, me ahogo, me ahogo en este albañal y me duele España en el cogollo del corazón”. Han pasado 100 años de la carta en la que Miguel de Unamuno suspiró por aquella España invertebrada que terminaría helando el corazón del poeta. El escritor de la duda, en esa misma epístola, lanzó su cólera sobre Primo de Rivera al que llamó “ganso real”; al Diario Sol lo tachó de “papel higiénico” y al general Severiano Martínez Anido lo tildó de “tenebroso, fantoche y lóbrego”. Puede que la España de Unamuno no tenga nada en común con la del siglo XXI, ahora bien, los españolitos no parece que hayamos evolucionado mucho. En este que huele a empacho de urnas, mientras los partidos desentierran el hacha de guerra, los periodistas mamporreros comienzan su labor de zapa, allanando el camino a un espectáculo de estética esperpéntica que destapa una realidad grotesca. Semejante a la de antaño. Federico Jiménez Losantos, votante de Vox (puede que ya sea exvotante), ha declarado la guerra al partido verde moco por un quítame allá esos presupuestos o unos protocolos antiaborto… fantasmas. Otra cosa no, pero el director de EsRadio, cual bufón de la corte, ha amenizado al vecindario con su virtuosismo a la hora de apostrofar a la tropa en su editorial mañanero que arranca con los acordes del pasodoble Suspiros de España.
La negativa de Vox a los presupuestos madrileños soliviantó el ánimo de Losantos, pero el anuncio del ultraderechista Juan García-Gallardo, vicepresidente de Castilla y León, de la entrada en vigor de un nuevo protocolo para las mujeres que decidan abortar, elevó su cabreo hasta límites insospechados. El periodista, en la semana más depresiva del año, la del Blue Monday, inició una cruzada de insultos que nos ha tenido distraídos y nos ha hecho olvidar la tristeza del calendario. La batalla dialéctica comenzó con Gallardo al que tachó de “mendrugo fanático" que había organizado “un lío morrocotudo por una bobada".
"A mí si alguien me dijera que por el latido fetal y la ecografía en 4D subía la natalidad diría que me parece una cosa discutible, puede que eficaz… pero el caso es que es mentira. Es una ocurrencia electoralista copiada de Hungría por un tío que cristaliza en adoquín. El feto tendrá latido, pero que haya vida activa en el cerebro del vicepresidente de Castilla y León admite dudas".
Sostiene Jiménez Losantos que Gallardo "está encantado de darse a conocer porque este tipo de personas empiezan a salir en la televisión y aunque sea para insultarlos se sienten felices".
Monasterio y el politono del latido fetal
Así andaban los ánimos cuando, el miércoles, Federico invitó a Rocío Monasterio a su casa de EsRadio. Como diría Gloria fuertes: Federico fue a saco y dejó a la Monasterio a la altura de un limaco.
Arrancó fuerte el entrevistador.
-. “¿Qué se siente al votar junto a Mónica García, a Podemos y a Lobato contra los presupuestos de Ayuso?”.
-. “Lo que me pregunto yo es qué siente votando el PP contra el registro de las enmiendas de Vox. No, a mí lo que me preocupa es por qué el Partido Popular, bajo las órdenes de Prisa, bajo las órdenes de la SER, bajo las órdenes de la izquierda, tiene miedo a desterrar las políticas de la izquierda, que es para lo que hemos venido nosotros, no para estar callados y amordazados. ¿Qué se siente defendiendo las políticas de la izquierda? ¿Por qué mantenemos la Ley Trans?
Monasterio, como don erre que erre, pisó la directa y le daba igual lo que le preguntara el periodista. Ella tenía un solo fin, largar el ideario verde flema y repetir siempre lo mismo. O eso o la sustancia gris no le da para más. “Si el PP y el señor Semper quieren funcionar a las órdenes de la Ser y de Prisa ese no es nuestro problema. No puede ser que medios de izquierdas y medios de no izquierdas se sumen a las tesis de la Ser y ataquen a Vox", subrayó en clara alusión a EsRadio y al programa de Ana Rosa Quintana.
La candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid por Vox despertó a la hidra que cohabita con el periodista. Federico, que puede ser o no santo de nuestra devoción, disparó sus mejores dardos y le recordó a la cubano-española la bronca entre Ana Rosa Quintana y Gallardo. "Ana Rosa, lo mismo que yo, que Carlos Herrera o Vicente Vallés somos objeto permanente de ataques de Podemos. Y el tratamiento que le dio a Ana Rosa Quintana era digno de Podemos", dijo sobre Gallardo. "Parece que aquí como no opines lo mismo que los que tienen la verdad...". En ese momento Monasterio osó interrumpir a Losantos. "A mí lo que me parece indignante es escuchar a Ana Rosa decir que un hombre no puede hablar de embarazos, pero ¿qué es esto?".
"No, no, es que no fue así", le replicó el presidente de Libertad Digital. La bronca fue in crescendo. La candidata intentó convencer a los oyentes con esa “voz de hada madrina” que le caracteriza, pero no lo consiguió. “¿Qué problema hay en ofrecer a todas las mujeres embarazadas una ecografía 4D? ¿Por qué tenemos miedo a informar a las mujeres?”, se preguntó Monasterio.
En ese mismo instante, Losantos visiblemente malhumorado le espetó: “Te puedes poner el latido del feto de politono en el móvil si te hace ilusión”. El azote de la izquierda y la ultraderecha zanjó la entrevista confesando su desencanto con el partido al que vota (o votaba). Monasterio, si no sabes torear pa’ que te metes.
Federico versus Iván
Al día siguiente, jueves, desde el Monasterio Espinoso, como ha bautizado el periodista al matrimonio formado por Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio, llegó la réplica. El Aristogato portavoz de Vox en el Congreso se erigió en gallardo defensor de su doncella y sin ambages acusó a EsRadio y al Grupo Libertad Digital de "tener miedo de que su financiación esté en entredicho".
La tensión alcanzó el clímax con semejante acusación. Tanto que el viernes por la mañana los españolitos amanecimos con más Suspiros de España.
“Tú serás el primogénito del cuarto Marqués de Valtierra, yo soy el primer hijo de un zapatero de Orihuela del Tremedal. Y me consideró muy superior a ti porque yo no he tenido nada para empezar. No he tenido ningún medio para llegar a nada y he llegado a más que tú. Me he jugado la vida, cuando tú eras un mamoncete, eso sí, con cuchara de plata. A mí, que me insulte un político, si es de izquierdas, es costumbre, pero uno de derechas, uno de un partido, cuya fundación se debe, en gran parte, a esta casa, no se lo permito. Y esa arrogancia. Hay marqueses que van de marqueses, que van a caballo. No ha nacido el marqués que me levante la voz. Pero tú, ¿qué te has creído? Que es eso de agredir a una empresa. Eso no te lo vamos a tolerar, ni a ti ni a nadie, pero a ti menos, por arrogante y por chulo. O rectificas de inmediato o, por supuesto, vas a los tribunales y al banquillo”, le amenazó. “Aquí no hay ninguna financiación en entredicho. Nosotros nos financiamos de forma transparente y todos los años presentamos las cuentas ante nuestros socios. No sé si el hijo de tu padre está acostumbrado a comprar periodistas, pero al hijo de mi padre no lo ha comprado nunca nadie. Ni a mí ni a las empresas donde yo he estado. Tú no tendrías dinero ni en 100 vidas para comprarme".
Un siglo ha pasado desde aquel “me duele España”. Seguimos sufriendo unos políticos de egos subidos, personalidades desbordantes y mercadeos rastreros. Los españolitos continuamos tan desnortados como entonces. Ahora bien, igual vivimos más entretenidos porque este folletín, sin duda, continuará.
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